Dios habló al profeta Isaías, mostrando su ira sobre el pueblo de Israel, porque lo abandonó y se rebeló contra él. Tal era la ira de Dios, que comparaba la ciudad santa Jerusalén con una prostituta (Isaías 1:21). Cansado de pecado e idolatría, el Señor anuncia la inminente destrucción, humillación, hambre y esclavitud a la cual iba a ser sometido su pueblo. Y lo hace de una manera contundente y aterradora. Pero Dios no destruiría a Israel por completo, sino que dejaría un remanente limpio y sin mancha que volvería a clamar y a adorar a su Dios en espíritu y en verdad. Un remanente disperso por el mundo que posteriormente regresaría a su tierra. Asimismo, anuncia que vendría un Mesías con el espíritu de Dios, que traería la salvación y su reinado no tendría fin.
La palabra Mesías significa “el cristo”, la cual se menciona en el Nuevo Testamento (Juan 1:41). Además, las palabras Isaías y Jesús tienen el mismo significado (Salvación de Dios). Sin duda, Jesús era el Mesías, el Salvador. Era necesario que Jesús redimiera al pueblo de Dios, por medio de su sufrimiento y muerte, ya que el pecado es quitado con la muerte, desde el pecado original de Adán y Eva. Sólo así, Dios estaba dispuesto a perdonar a su pueblo sus pecados, por medio del arrepentimiento y la fe en Cristo.
En realidad, muchas de estas profecías ya se han cumplido: la venida y muerte de Jesucristo, la destrucción, dispersión y esclavitud del pueblo Israel (año 70 d.c.), la restauración como nación (1948) y regreso de los judíos dispersos por el mundo. Y para los que creemos en Dios, la resurrección y reinado para siempre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Profecía del castigo de Dios a Israel:
"Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. !!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra". Isaías 1:1-9
Profecía del nacimiento y reinado del Mesías:
"Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. !!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra". Isaías 1:1-9
Profecía del nacimiento y reinado del Mesías:
"Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre". Isaías 9:6-7 (Versión Bíblica NVI)
Profecía de los siete espíritus de Dios en el Mesías:
Profecía de los siete espíritus de Dios en el Mesías:
"Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová". Isaías 11:1-2
Profecía de la exaltación y sufrimiento del Mesías:
"He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído". Isaías 52:13-15
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". Isaías 53:4-6
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". Isaías 53:4-6
Versión bíblica: Nueva Versión Internacional (NVI).
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