Como cuenta la Biblia, había en Belén de Judá un hombre llamado Elimélec, casado con Noemí con dos hijos. Hubo allí una época de hambre y emigraron a Moab, tierra lejana a Belén. Noemí se quedó viuda y sus dos hijos se casaron con mujeres moabitas. Una de ellas se llamaba Rut. Después de un tiempo, murieron los dos hijos de Noemí y ella quedó sola con las dos nueras. Noemí regresó a su tierra Judá con sus nueras en busca de alimento. Les explicó que debían volver a su tierra porque ella no podía hacer nada por ellas. Una de ellas volvió con sus padres y la otra nuera (Rut) quiso quedarse con su suegra Noemí. Le dijo que iría donde ella fuera, viviría donde ella viviera, su pueblo sería su pueblo, su dios sería su dios y moriría donde ella muriera. Noemí aceptó a su nuera y se fueron a Belén en plena cosecha.
Ocurrió que Rut y Noemí llegaron hasta el campo de Booz, pariente del difunto esposo de Noemí. Rut quería trabajar allí recogiendo espigas y le fue dado el permiso. Rut cayó bien a Booz y le dejó quedarse porque reconoció su valor y fidelidad con Noemí viniendo de tierra extranjera. Cuando Noemí se enteró que había estado en el campo de Booz, le dijo que se quedara allí con él porque era pariente de su esposo y tenía derecho de casarse con ella por ley. Rut hizo saber esto a Booz y éste le dijo que había otro pariente más cercano que él para casarse. Booz buscó a ese pariente pero renunció a ese derecho. Rut se casó con Booz y tuvo un hijo llamado Obed, el cual entregó a Noemí para que lo criara y la cuidara en la vejez.
Vemos que Rut fue un ejemplo de fidelidad y obediencia a Dios hasta el final. Siendo extranjera, no le importó dejar su tierra, su familia y todo para irse a vivir a Belén con su suegra, la tierra de su difunto esposo. Allí adoró y obedeció a Dios y por eso fue bendecida ella y su suegra Noemí.
Principio de la historia:
“Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido". Rut 1:1-5
Rut no quiso dejar a Noemí:
“Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más". Rut 1:15-18
Dios bendice a Rut y a Noemí:
“Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y lo crió. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed". Rut 4:13-17